Movimiento artístico, socio-cultural en oposición a lo que se venía haciendo en el modernismo. Se trata de provocar un quiebre a lo hecho anteriormente. Surge por la necesidad de provocar una nueva mezcla de ideas, un hibridismo para salir de la uniformidad.
Rasgos generales
La publicidad postmoderna irrumpe durante la década del 70´. A diferencia de la publicidad clásica, el estilo posmoderno no se centra en el plano del enunciado, sino que se preocupa más bien por el modo en que se expresa el contenido. Nos encontramos ante un enunciador más pasional y cercano que no guarda tanto las distancias con el receptor.
Milton Glaser
El enunciador postmoderno no predica de manera directa atributos de marca beneficiosos para el consumidor, sino que procura persuadir a partir de enunciados espectaculares, llamativos, ingeniosos, divertidos e irónicos, a menudo sin una referencia directa acerca del producto-marca más que su mera nominación. Predominará la función fática, metalingüística y poética y el cómo se dice frete al qué se dice. Es por ello que surgirán nuevas fórmulas publicitarias, la conocida publicidad below the line. Que no es otra cosa que publicidad en nuevos soportes y nuevos modos de entenderla y realizarla. Surge una publicidad transgresora donde más que una experiencia de recepción y lectura del contenido de forma referencial, se pretende una experiencia lúdica. Hay una gran complicidad entre anuncio y receptor.
4 aspectos de la publicidad postmoderna
- Deja a un lado la manifestación de un universo ficcional eufórico donde reina el éxito y la felicidad haciendo referencia a otras realidades y problemas sociales de forma clara.
Benetton
- Personajes caricaturizados que no facilitan una directa identificación entre éstos y los receptores. En ocasiones se busca que el receptor se ría de sí mismo, la burla.
- Alusión a competidores directos con tono lúdico e ingenioso.
Audi
- Fuerte vínculo entre la publicidad y el arte buscando ante todo el gusto estético.
Glaser
Diseño publicitario
La revolución digital juega un papel importante en este cambio y el surgimiento de esta publicidad postmoderna, una publicidad que provocará en los años subsiguientes un cambio comunicacional notable. La integración y la relación directa que se tendrá con el resto de países a toda hora y en cualquier momento darán como resultado la captación de diferentes estilos e influencias.
Para el diseñador, esta revolución digital supondrá un cambio bastante notable, en el sentido de que se dejan de lado pinceles y oleos para el uso de programas informáticos de diseño. Esta digitalización contará tanto con detractores como con defensores. Los primeros afirmarán que el uso de ordenadores para la creación publicitaria repercutirá negativamente en la originalidad y calidad de la misma y que favorecerá la proliferación excesiva de nuevos pero mediocres diseñadores. Por otro lado los defensores afirmarán que esta revolución no es contraria a la originalidad y la creación de piezas únicas en la medida que se haga un uso ético y responsable de esta herramienta de trabajo, no utilizándola con un fin de copiar, sino más bien poniéndola a su favor.
Surge además el mal llamado “arte comercial”, vital para las nuevas tecnologías y maneras de entender el mundo, con una nueva estética, con el arte viviente por las calles de las ciudades ya sea en publicidad como en todo el entorno inmediato.